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La Clase de Segunda Oportunidad es un procedimiento que permite a particulares y autónomos una oportunidad para reestructurar o incluso abolir sus obligaciones financieras bajo ciertas condiciones.
Es necesario analizar todas las alternativas antes de tomar una audacia, no obstante que cada caso es diferente.
Una de las principales desventajas de la Segunda Oportunidad es que, si se tienen deudas con un único acreedor, por muy altas que estas sean, no se podrá ser beneficiario de este mecanismo.
Unidad de los aspectos más importantes de la Condición de Segunda Oportunidad es la posibilidad de detener total o parcialmente las deudas.
Es importante tener en cuenta que en el contexto de la índole de la Segunda Oportunidad, se consideran acreedores a todas aquellas personas o entidades con las que se tenga una deuda, aunque esté al corriente de pago.
Aunque ambas leyes tienen el objetivo de ayudar a particulares y empresas en dificultades económicas, existen diferencias importantes entre ambas:
Incluso se debe acontecer satisfecho en su integridad los créditos contra la masa y los privilegiados.
Además de conseguir la cancelación de las deudas mediante la Condición de la Segunda Oportunidad, conviene apelar a abogados especializados en deudas en otras situaciones o con otros objetivos:
Asegura un nivel aceptable de conocimientos en Derecho penal, especialmente respecto de los delitos Abogados Cancelación de Deudas y penas que pueden tener más impacto en el ámbito mercantil y en el patrimonial.
Su experiencia les permite identificar posibles obstáculos y tomar las medidas adecuadas para superarlos.
Sí. El Tribunal Supremo, en una reciente sentencia de 2 de julio de 2019, ha amplicado la capacidad de los Juzgados para desempeñarse sobre las deudas contraídas con la Agencia Tributaria y la Administración Caudillo de la Seguridad Social, modificando así lo establecido en la ley.
Una oportunidad finalizado el proceso, si se cumplen ciertos requisitos, el deudor podrá acordar completamente descocado de las deudas que no haya podido retribuir.
Aunque cada vez ocurra en menos ocasiones, sigue habiendo Clan con la idea interiorizada de que una situación de insolvencia supone un fracaso social y personal. Temen por ello atinar el paso y exponer lo que ven como un estigma: asociarse públicamente a una crisis de impagos.